El té tiene una larga historia y tradición arraigada en China. El té se origina en China, y es desde aquí, que se extendió por todo el mundo.

El té chino se puede clasificar en cinco categorías distintivas: blanco, verde, oolong, negro y post-fermentado. Todos estos provienen de variedades de la misma planta de Camellia sinensis. La mayoría de los tés chinos se consumen en China y no se exportan, excepto a las comunidades de habla china en otros países. El té verde es el tipo más popular de té que se consume en China.

El té verde se mencionó por primera vez por escrito alrededor del año 600 a. C. y luego se describe detalladamente en las obras del poeta Lu Yü en 780 d. C. Así, durante muchos siglos, el té verde ha sido disfrutado por los chinos como una bebida saludable y vitalizante. La mayoría de tés verdes y tés semi-fermentados de Oolong.

China también produce té negro en cantidades considerables para sus mercados de exportación, pero rara vez se bebe solo. Se producen varios tipos de té negro y, en general, tienen un sabor suave, dulce a picante y ligeramente ahumado. El más conocido es «Keemun».

China es el único país que produce especialidades como el té de jazmín, rosa y lichi. Estos tés se procesan al vapor las hojas con las flores respectivas, para que adquieran su sabor y sabor.